MARZO - MES DE LA MUJER.

Escribe: Gerardo Basignani
Cámaras: -Eduardo Iraola

Deberíamos todos los hombres del planeta, tener un mejor concepto de la "mujer" en todo sentido. Siempre hay algo en el ambiente del mundo machista, que sostienen que no nos pueden igualar  y mucho menos, superar. A lo largo de la historia de la Humanidad, y aún hoy en día en países que no han adoptado el cambio social, no aceptan que piensen, que opininen, que trabajen como nosotros y hasta  sean capaces de ser Presidenta de una Nación. En lo personal, yo diría que sería hora de replantearnos si no somos nosotros, los hombres, quienes tenemos que pensar las infinitas tareas que ellas hacen y que no las hacemos nosotros. Pero como lo que cuento ahora sí no lo podemos hacer,  me quiero centrar en una, que supera sin dudas todos los pensamientos: SER MUJER, SER MADRE. Ellas nos trae al mundo, ellas nos cuidan sin condiciones, sin excusas. Ellas nos dan el calor humano que el recién nacido necesita. Ellas nos dan la mano, para no caernos, ellas nos dan su pecho con toda la ternura de una mujer. Tenga o no tenga el apoyo de la otra parte, nunca desisten, nunca renuncian, nunca te olvidan. Y también quiero dedicar este mensaje a todas las mujeres que no son MADRES, que por distintas razones no lo son. También son MUJERES, y merecen el respeto de toda la Humanidad. Hay una fecha mundial que se recuerda solo para el comercio y el almanaque el DIA DE LA MUJER. (8 de Marzo). Pero en realidad el día de ellas es todos los días del año, las 24 hs del día. Y una mención especial para las MUJERES que ya no están con nosotros en este mundo. Para ellas, que pasaron, que dejaron su huella, su enseñanza, y su alma por nosotros, un beso Universal. 
Marzo, mes de la mujer para el calendario, es el mes elegido por nosotros para brindarle nuestro reconocimiento. Por eso fuimos a buscar a alguien que nos representara en esta página, que es MUJER, que  es MADRE, que es Esposa. Disfruten de la entrevista, con el mismo placer que tuvimos al hacerla. 
Les presento a la Tesorera del equipo Supersónicos, PATRICIA PESCATORE. 
Hasta la próxima.




DEDICADO A LOS NIÑOS SUPERSONICOS

Escribe: Gerardo Basignani

Tener un hijo para cada madre significa alcanzar con las manos  más allá del Universo. La vida comienza desde la gestación, late y vive en su vientre, come y duerme en sus entrañas. Cada vida que comienza prepara un mundo a su alrededor para que cuando aparezca entre nosotros sea todo paz y amor. Si hay asperezas en las personas, la llegada de una vida borra todo y las lágrimas se transforman en alegría. Si hubo una pérdida irreparable, el nacimiento de un niño inmediatamente ocupa ese lugar desde otro ángulo. Detrás de ese ser maravilloso que nos trae al mundo, estan los demás familiares. A todos nos toca un pedacito de esa alegría de tenerlo entre nuestros  brazos. Van creciendo, y vamos creciendo una vez más con ellos. Son transgresores, son activos, son un torrente de energía que nos contagian. Tenemos ese inmenso privilegio de estar junto a ellos, y les enseñamos a ir viviendo con ternura. Quiero poder sentir en mi piel que se siente correr junto a tu hijo cuando es su primera medalla. En Supersónicos somos una gran familia. Un día se tiró la idea de incentivar a nuestros niños y que participen también en las carreras que la AAU organiza para ellos. Ximena tuvo el orgullo de madre de ser escoltada por sus dos corazones. Guillermo en la primera etapa de San José también acompañó a su pequeño a cruzar la meta. Sebastian está ahí, en cualquier momento con su hijo. Pendientes están Oscar, Valentina, Juan y otros compañeros más. Y en lo personal, correré una carrera con mi nieto. Que más, le podemos pedir a la vida si no es ésto mismo, la vida de un niño. Gracias. 
Hasta la próxima. 

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ESOS LOCOS BAJITOS SUPERSONICOS





NUESTRA FAMILIA SUPERSONICA.


Escribe: Juan Carlos Da Rocha


                                                  LA PAREJITA
                           
 Prontos para largar, nos movemos nerviosos entre el tumulto de gente junto a nuestros compañeros “Supersónicos”.
La “marea” nos “deposita” detrás de una parejita que conversa animadamente.
- Yo yo yo estoy bien  preparada, hice Pilates y yoga en la semana. -¡No me para nadie!   -comentó ella en tono festivo.
 -No se no se, yo tengo mis dudas.  - Hace tres meses que entreno para esta carrera, pesas, velocidad, cuestas, fondos de 20k, pero no se, me faltaron algunos regenerativos -aclaró él un poco preocupado.
-¡No voy a poder rendir al máximo!
-¿Y vos? – me preguntaron al unísono girando sus cabezas al mismo tiempo al haber percibido mi interés en la conversación
-¿Yo? Ando volando, me preparé para andar adelante –les contesto sobradamente sin mirarlos a los ojos y levantando la mirada.
-¿Adelante? – otra vez  preguntándome al unísono.
- Si, adelante…- ¡Adelante de la ambulancia!, el año pasado la corría de atrás, los enfermeros abrían la puerta trasera y tiraban miguitas de pan por las dudas, si se me alejaban mucho capaz que me perdía.
- Bien bien  bien  – contestaron con eco, seriamente.
El maestro de ceremonia (Edgardo) seguía pronunciando su discurso previo a la largada.
 -¡Que largo esto ché! – dijo él, ya enojado y tomando agua de una de sus 5 botellitas amarradas en su cinturón.  -¡Me enfrío! ¡No voy a poder rendir al máximo!
 -¡Que lindo discurso! –comentó ella casi emocionada. -¡Esto es motivante!
- ¿Por qué tantas botellitas? –le pregunto.
- Una tiene agua sin gas, la otra con gas, esta café y la otra una bebida isotónica…
-¿Y la quinta?
-Agua de Querétaro- me susurra al oído asentando con la cabeza y agrandando los ojos.

Largamos y doy las gracias  a todos los santos de las carreras que si no existen hay que inventarlos. En las volteretas de la carrera pierdo a la parejita, la cual vuelvo a encontrar luego de la llegada, separados.
-¿Cómo te fue? –le pregunto a ella.
-¡Biiieeennn! ¡Tengo mi medalla! ¡Tengo mi medalla!
- ¿Cómo te fue? –le pregunto a él al encontrarlo un poco más adelante.
- Y bajé mi tiempo en dos minutos, pero si hubiera doblado las curvas mas cerradas, largado más lento y apurado al final, me hubiera ido mejor. –Tengo que hacer ya ejercicios regenerativos para encarar  mi entrenamiento para la próxima carrera y poder ¡rendir al máximo! – me cuenta casi dándome cátedra.
-Bien bien bien –le contesto seriamente.
- ¿Cuál es tu nombre? –me pregunta.
- Máximo.

Era momento de ir a festejar con mis compañeros de equipo el comienzo del campeonato y “asaltar” alguna posada gastronomita.
Fuimos hacia “El Rancho” o hacia “El Ombú” o rancho con ombú u ombú con rancho, a esa altura ya no importaba, se debelara el año que vine. Lo cierto es que hay un ombú, como el que había en lo de mis abuelos, al cual trepaba diariamente en mis vacaciones escolares y donde también había un rancho (la casa de mis abuelos) en el cual pasé momentos encantadores, vaya casualidad, igual que hoy. Quien bien empieza, termina extrañando.