GENTE JOVEN, GENTE INOCENTE.

Escribe: Gerardo Basignani

Cuando realizamos la entrevista minutos antes de largar una nueva fecha de la AAU en Pando, ya podíamos observar que nuestro entrevistado estaba algo nervioso producto que una cámara lo estaba enfocando. Si mirabas alrededor, podías ver a la gente que al pasar por el lugar miraba de reojo como preguntándose: ¿ quién será éste? no lo tengo pero por algo lo están entrevistando. 
La nota transcurría y el pasar de los minutos te decían que sus rápidas respuestas, sus movimientos invonluntarios, y ese constante pestañear que tenemos todos cuando algo así nos sucede, era porque sin dudas, las cosquillas en el cuerpo estaban presentes. Costó dormir la noche anterior. Lo comentó con sus amigos del liceo y de la vida. Sus padres también estaban pendientes de esta nueva etapa ahora corriendo habilitado por la Agrupación y perteneciendo al equipo de Supersónicos. Lo acompañó Eduardo (Iraola) el viernes a inscribirse, el sabado salió a la cancha con el número en su pecho. Un pequeño nudo de nervios molestaba en su estómago. Quería largar ya. Sin embargo, a medida que todos los integrantes de la naranja íbamos llegando a Pando, le íbamos diciendo: tranquilo, no calientes todavía que falta mucho. Los organizadores del evento le dijeron: después que larguen los mayores (de 18) esperan diez minutos y largan ustedes. El recorrido autorizado por ser menor de edad (16) es de cinco kilómetros. Que largo se te hizo esperar todo ese tiempo. Pero sabes qué?, te entiendo. Quién no pasó por esto?. Cuando todos nos pusimos en zona de largada, allá lo dejamos a un costado y le dijimos: mucha suerte, buena carrera y nos vemos a la llegada. Así fue. A la llegada había que oírlo contar su experiencia. Tuvo un pequeño contratiempo que es hasta común a veces cuando hay mucha gente corriendo y poco espacio para transitar: alguien sin querer, le piso el calzado de atrás y perdió el botín. Parate, sentate, y calzátelo de nuevo. Y de nuevo arrancar. Algo a tener en cuenta: no te apures por los tiempos, no importa eso, lo que importa es que estes en la largada, y que llegues sin lesionarte. Que disfrutes del entorno. Que mires a la gente que te sonrie y aplaude. Que guardes el recorrido en tu mente y cada vez que lo recuerdes, puedas revivir el momento. Que llegues con una sonrisa que pueda contagiar a ese otro que te está mirando pero que no se anima a correr. Tu imagen tiene que ser una invitación para quienes están en la duda, ya no la tengan más y arranquen para este deporte. Solo quienes lo practicamos podemos decir realmente lo feliz que te sentís haciéndolo. Más de mil doscientos corredores a tu alrededor. El abanico de amistades sanas y lindas se abrió. La solidaridad si algo en el camino o en la vida te pasa, la tendrás sin haberla pedido. Una mano, una sonrisa, un gesto y un aliento de: "vamos, vamos otro poquito que ya estamos cerca" la tendrás. Por eso queríamos traerte a este equipo y toda la familia de la Agrupación de Atletas del Uruguay. Llevaras tu entusiasmo y tu mensaje a muchas ciudades del interior de nuestro país, y también a muchos barrios de la Capital Montevideo. No te arrepentirás de haber ingresado al mundo de carreras de calle. Bienvenido a nuestro más joven integrante Supersónico. Bienvendo a esos jóvenes 16 años que tienes. Felicitaciones por tu debut en la AAU, y a seguir así MATÍAS IMPERIALI  que contás con todo nuestro apoyo. 
Salú. 
Les dejamos la entrevista, que la disfruten. 
Hasta la próxima. 


SUPERSONICOS DEBUTANDO EN LA MEDIA MARATON DE PUNTA DEL ESTE 2013

Escribe: Gerardo Basignani

Quienes estamos en este maravilloso mundo del deporte, soñamos siempre con un día cruzar la meta. Cuando todavía no estaba ni siquiera en nuestros o en vuestros pensamientos correr, ni se nos cruzaba la idea de correr más de cien metros. Sin embargo, a medida que vas adquiriendo el hábito del deporte y aún cuando  te  vas haciendo el tiempo en tu jornada diaria para salir a entrenar, podes ir viendo que aquellos primeros e interminables cien metros ya no lo son tantos. Tener la constancia del movimiento semanal es importante para ir ganando terreno. A veces es duro salir cuando el viento o el frío te desafían para que rechaces la idea de entrenar, pero sin embargo, en la mente de cada uno de nosotros está ese poder especial que hay para vencer los obstáculos y salir igual a completar el recorrido. Y así, trotando primero, corriendo después es como vamos llegando casi sin darnos cuenta, a estar preparados para lo que será nuestra primera 10k. Es todo un proceso, un momento que no se olvida, un recuerdo simpático pasado el tiempo. Es como un niño esperando la noche de los Reyes Magos. El día previo a nuestra primera 10k estamos algo diferentes, le contamos a nuestros familiares, amigos, etc. Comemos diferente al menú acostumbrado. Nos cuesta dormir a diferencia de noches anteriores. En tu mente vas dibujando distintas escenas de "cómo será mañana en la carrera"? y llegó el día, y el calentamiento, y el saludo de todos dándote apoyo y la largada, y cuando queres acordar, ya llegaste, te sonreís, te sacan fotos, y allí están esperándote para darte el saludo merecido. Y viste, ya pasó, ya quedó atrás y ya corrí mis primeros 10k. 
Pero al cabo de un tiempo, cuando ya superaste todos aquellos miedos de tu primera carrera, comienza en tu cabecita a rodar la idea que todos tus compañeros te van diciendo como al pasar: bueno, ahora andá pensando en correr una media maratón, 21kms. 
Ja, me parece verte, ni loco, ni loca pareces decir. 
Pero sin estar loca ni loco, esa idea comienza a ganar terreno y ya no descartas de plano un día poder correrla, porqué no?.
La preparación es diferente, la distancia es más del doble que corrías. La hidratación y la alimentación en plena competencia son cosas que tenes que aprender. Y un buen día dijiste: porqué yo no?, claro que si, lo voy a intentar, total, la hago despacio y listo. Y ahí comienza el camino con otra meta, con otra medalla, con otra llegada por cierto muy diferente a la primera, pero no tengas dudas, que el premio en lo personal que recibirás, es mucho más fuerte que aquella primera carrera de 10k. El profe te indica cómo hacerlo, ahora tienes un desafío por delante y lo cumplirás. Tienes los mismos miedos que tenías al principio. Necesitas más sacrificio para entrenar, y si lo piensas mejor, estas en la mitad de lo que es el verdadero Maratón de 42kms 195 mts. Intento con mi imaginación meterme dentro de cada persona que corre por primera vez su media maratón para poder llevar al papel sus sensaciones. Es imposible para mí. Es personal de cada uno. La distancia es la misma, pero cada uno lo vive diferente, lo siente diferente, lo disfruta disferente. 
El propósito de estas líneas, es decirte: dale que podes hacerlo. Y no es tan loca la idea si nunca lo hiciste. En nuestra familia de Supersónicos queremos darles en nombre de todo el grupo, las más sinceras felicitaciones por el debut en su primera media maratón a dos hermosas personas como lo son: Valentina Barrera y Paula Muller. Ellas empezaron como todos nosotros, así, ni corriendo más de cien metros, y fueron aumentando y sumando y un día pasaron la barrera de los 10, y siguieron mirando hacia adelante. Que había?, los 21. La prepararon, la programaron, y la concretaron. Hoy ya es historia. Punta del Este 2013 fue testigo de su participación en este tipo de competencias. Sus familias fueron el apoyo y el aliento incondicional. Sus compañeros del equipo fueron sus motivadores con buena onda. Muchas gracias Paula, muchas gracias Valentina, por largarse a más, por ser el género femenino una vez más que nos sorprende y nos enorgullece con el camino tomado y a seguir en la misma senda. 
Y ahora hago la misma pregunta del inicio, porqué no, correr un día el maratón de 42?.
Dejo planteada la interrogante.
Hasta la próxima.  

Paula Muller 


Valentia Barrera




FELICITACIONES...!!!

SUBIENDO EL CERRO

Escribe: José Benero


Antes de que sonara el despertador me tire de la cama. Hice correr el agua de la ducha sobre mi cuerpo aun adormecido. Subí las persianas y vi huir algunos pájaros. Salí a la calle y noté el viento en el rostro. Nada es diferente afuera: al lado un galpón, unos cuantos vehículos descompuestos, un par de gatos cruzan por encima de los techos de las casas en la acera contraria. Todo presagia que será un domingo hermoso de abril, lleno de sol. Abordé el ómnibus Inter-departamental el cual se puso en marcha descorriendo a su paso el manto oscuro de la noche que lentamente se teñía de colores. Llegue temprano, con la antelación suficiente para observar los alrededores de la bahía al pie del cerro de Montevideo. La verdad, es bonito mirar desde este lado de la rivera el río, sus muelles. Camino despacio por las calles empinadas, casi desiertas; a lo lejos veo el cerro aun dormido por donde en algunas horas estaré junto con otras personas transitándolo. Mentalmente repaso mis años; sesenta y seis cumplí el pasado treinta y uno de marzo, me doy cuenta que tengo menos tiempos para vivir de aquí en adelante, que el que viví hasta ahora. Quiero disfrutar a mi manera cada trozo de ese tiempo que me queda. En las afueras del Liceo me siento y saco las cosas de la mochila. Una moto llega con dos personas con camisas de Peñarol, son María de León y Marcelo Barrios. Nos saludamos mutuamente, hacemos algunos chistes para aliviar cualquier tensión. Procedo a ponerme la indumentaria de los Supersónicos con la que participare en la carrera Así, como si nada, las calles se van poblando de gente. Llegan algunos amigos: Juan Carlos da Rocha, Eduardo Iraola, Ma. Laura Hornos, Patricia Pescatore, Exequiel Vespa. Me sumerjo nuevamente en los mares insospechables de mis pensamientos. Quiero vivir, compartir parte de mi vida con gente humana, como las personas que ahora están a mi lado, ¡gente muy humana!, gente que sabe reír cuando dan algún traspiés, que no se jactan de sus triunfos, gente que no huye de sus responsabilidades, gente sencillamente muy humana que tan solo desea andar al lado de Dios. Si, quiero disfrutar a mi manera cada trozo de ese tiempo que me queda; correr, andar, caminar junto a estas personas de verdad, disfrutar de su afecto absolutamente sin fraudes, por que se que nunca será pérdida de tiempo….Bueno, ahora hay que entrar en calor y listo para hacer la maratón de diez quilómetro subiendo el cerro y bajarlo. Ya estamos en marcha. Me duele un poco la pierna derecha, trato de ignorar ese dolor con el pensamiento puesto en otras cosas. En Nelly, a quien dejé durmiendo su dulce sueño y me fui despacio para no despertarla, sin pronunciar ni una solo palabra bonita, diferente. Claro que si, me hubieran gustado decirle no muchas, sino las suficientes y sin embargo, nada. Solo el silencio mudo, ingrato. Ya he recorrido la primera vuelta y comienzo a trepar el cerro. Mucha gente va delante de mí. El dolor me persigue y la pierna ya caliente por momentos no quiere responder, pero ese dolor me hace apreciar las cosas bellas, desear y buscar con esperanza y con fuerza la línea de meta; a veces mi mente se agobia con torpes palabras y hace dudar el desenlace final. Quiero aprender a ignorar el dolor. Cuando sepa que no vale la pena este dolor, habré aprendido a escuchar a mi corazón, aunque oiga sólo el silencio, por que en el silencio también hay armonía, hay vida. Así que, amigos míos, prosigo lentamente mi marcha y en ese derrotero el espíritu se va forjando, subiendo entre asfalto y tierra, entre soles y sombras, cada paso una decisión, cada decisión un crecimiento y un espíritu más fuerte. Cientos y cientos de pasos, de piedras atrás, de gotas transpiradas, de muchas pequeñas decisiones. Un hombre llegó a la cima: José.
No todo es lindón, ni fácil, ahora toca bajar el cerro, te lo puedo asegurar a ti que no pasas por ahí no sabes con exactitud donde están los pozos, las reparaciones, la recta, la curva peligrosa, hasta llegar... trato de hacer bien las cosas… corro, por momentos camino Con temor a hacerme daño en alguna caída con el ego que inevitablemente me ata y en ocasiones me paraliza… Avanzo. En mitad de unas energías mágicas en las cuales el universo o yo que se, parecen provocar que las cosas salgan bien… Me motivo a seguir. Rodeado de gente que me regala ese espíritu de fortaleza andante provocándome que me recicle. Ya estoy cerca de finalizar en ese constante correr, andar, reír,…. Me ubico con las pocas fuerzas que quedan bajo el arco que dice meta, cruzo y…. ¡que sensación extraordinaria! la alegría maximiza el placer y minimiza el dolor.
Guillermo Moras me lleva en su coche a su casa y junto con su señora compartimos en un ambiente tan familiar y ameno el almuerzo. Después el retorno a Durazno; a mi casa junto a mi familia. Dormir, despertar, mañana será otro día. Mañana la calle, las puertas. Unos peldaños. Otra puerta más. El día, mañana….veremos